Sobre mi
De pequeña siempre fui una niña muy risueña, sensible y con una gran capacidad para empatizar. El sueño de mi vida era tener el pelo larguísimo y llegar a ser profesora o astrónoma.
Pero fue con 14 años cuando decidí mi camino: estudiar Psicología. Fueron varios los motivos y desde el principio tuve claro que quería trabajar con niños para que ninguno tuviera que sufrir y pasar por situaciones desagradables (cosas de adolescente que cree que puede salvar el mundo ella sola).
A día de hoy soy consciente de lo imposible que es eso, pero sí conozco de primera mano la responsabilidad que conlleva entender y acompañar a los más pequeños (y a sus familias) en el camino, así como a su versión adolescente y a aquellos adultos que, un día, también fueron niños.